domingo, 27 de noviembre de 2016

Masectomia

Eligen quedarse ‘planas’ tras cáncer

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Rebecca Pine, de 40 años, eligió tatuarse el torso en lugar de someterse a reconstrucción tras vencer el cáncer. (Béatrice de Géa para The New York Times)

POR RONI CARYN RABIN

Antes de que Debbie Bowers se sometiera a cirugía por cáncer de mama, su médico prometió que el seguro médico pagaría la reconstrucción y dijo que hasta podría “aumentar un tamaño de copa”. Sin embargo, Bowers no quería un implante de silicón o senos más voluminosos.
“Tener algo extraño en mi cuerpo tras un diagnóstico de cáncer era lo último que quería”, dijo Bowers, de 45 años. “Simplemente quería sanar”.
Mientras que los cirujanos plásticos y los oncólogos promueven la reconstrucción de seno como una forma para que las mujeres se “sientan completas de nuevo”, algunos
médicos dicen que empiezan a ver resistencia a ello. Pacientes como Bowers están eligiendo desafiar las recomendaciones médicas y los convencionalismos sociales y permanecer sin senos tras el cáncer de mama. Lo llaman “mantenerse planas”.
“La reconstrucción no es un proceso sencillo”, dijo Deanna J. Attai, cirujana de seno en California, al añadir que un mayor número de sus pacientes, particularmente las que tenían senos más pequeños, estaban optando por no hacerse la reconstrucción.
Los medios sociales han permitido a estas mujeres ser abiertas acerca de su decisión de vivir sin senos. Para un video reciente creado por wisdo.com, una plataforma de medios sociales, Bowers y su amiga Marianne DuQuette Cuozzo, de 51 años, mostraron sus torsos planos y con cicatrices. Y Paulette Leaphart, de 50 años, una mujer cuyo trastorno de coagulación frustró la posibilidad de una reconstrucción tras una doble mastectomía, caminó con el torso desnudo de Mississippi a Washington este verano para crear consciencia de los problemas financieros de los pacientes de cáncer.
“No son los senos lo que nos hace mujeres”, dijo Leaphart.
Mientras que se desconoce el porcentaje preciso de mujeres que optan por la reconstrucción de seno tras una mastectomía, un estudio encontró que en el 2011, el 63 por ciento de las mujeres que eran candidatas para el procedimiento eligió realizarlo. En algunas partes de Estados Unidos, la cifra hoy se acerca más al 80 por ciento.
Sin embargo, algunas mujeres dicen que los médicos se enfocan demasiado en la apariencia física, y no lo suficiente en la factura prolongada que cobran los procedimientos reconstructivos en sus cuerpos y sus psiquis. Hasta un tercio de las mujeres que se someten a reconstrucción desarrollan complicaciones.
Mientras que algunos Estados ahora requieren que los médicos informen a las mujeres respecto a la disponibilidad de reconstrucción de seno, las mujeres dicen que con frecuencia no se les habla de alternativas. “Nunca me dijeron que había una opción”, dijo Cuozzo. “Pasé del cirujano de senos al cirujano plástico y me dijeron, ‘esto es lo que vas a hacer’”.
David H. Song, director de cirugía plástica en la Universidad de Chicago, dijo que concentrarse en el riesgo de complicaciones era como enfocarse en los accidentes de avión cuando “millones de vuelos aterrizan sin problemas”. Dados los avances en las técnicas quirúrgicas, “el resultado estético puede ser mejor que el seno original”, dijo Song.
Sin embargo, sugerir que un seno reconstruido es una mejora sobre un seno natural puede enfurecer a algunas mujeres que se han sometido a mastectomías.
Un seno reconstruido con frecuencia está insensible y ya no puede jugar un papel en la excitación sexual.
Tras mirar fotografías de senos reconstruidos, “me sentí ligeramente horrorizada”, dijo Charlie Scheel, de 48 años, quien decidió no realizarse implantes tras una mastectomía doble. “No tienes pezones y quedas llena de cicatrices”.
Rebecca Pine, de 40 años, una neoyorquina sobreviviente del cáncer, dijo, “Es algo tremendo por lo que haces pasar a tu cuerpo y no es como que vamos a recuperar los senos”.
Pine se sometió a la reconstrucción tras una mastectomía, pero se retiró el implante más tarde. “En la mayoría de los casos, no tienen la apariencia ni la sensación al palparse de nuestros senos”, dijo.
Marisa C. Weiss, fundadora de breastcancer.org, dijo que los médicos no deberían asumir que toda paciente quiere la reconstrucción. “He tenido bailarinas exóticas que no quieren la reconstrucción y monjas que dicen, ‘necesito la reconstrucción’”, dijo.
Los grupos de soporte y los medios sociales han permitido a las mujeres compartir historias sobre las realidades de la reconstrucción. “Muchas de las mujeres en mi grupo de soporte desarrollaron infecciones y se asombraron ante la cantidad de cirugías involucradas”, dijo Alicia Staley, de 45 años, quien se mantuvo plana tras una doble mastectomía. “Me pregunté, ‘¿por qué se están sometiendo estas mujeres a todo esto?’”.
Aceptar la realidad de un torso plano tras el cáncer de mamas puede ser difícil. Las mujeres dicen que empiezan llevando bufandas y collares largos para ocultar la parte superior del torso. Otras tratan de acoger su nueva forma al hacerse tatuajes elaborados donde alguna vez tuvieron senos.
Sara Bartosiewicz-Hamilton, de 39 años, hizo la prueba con dos tipos de implantes antes de retirárselos. Luego fundó un grupo de soporte virtual llamado Flat and Fabulous (Plana y Fabulosa).
“No somos anti reconstrucción, pero muchas mujeres nunca sienten que sea parte de su cuerpo”.