EL CALCIO,,,INFORME
COMPLETO
Nota Original
publicada por
la Dra. María
Angélica Sassone
§ ¿Qué es el
calcio?
§ La absorción y la
excreción
§ Factores que intervienen en la
absorción
§ Factores que disminuyen la
absorción
§ Funcionamiento del
calcio
§ Principales
funciones
§ La deficiencia en el
organismo
§ El exceso en el
organismo
§ Necesidades oficiales diarias por
edad
§ Las discrepancias sobre las
necesidades de calcio
§ El equilibrio del calcio con respecto
a otros minerales
§ El calcio y los azúcares
refinados
§ Las fuentes del
calcio
§ El calcio, la menopausia y la
osteoporosis
Bibliografía:
* El
equilibrio a través de la alimentación – Olga
Cuevas
*Que tus
alimentos sean tu medicina – Enrique Hernández
Ramos
* Las toxinas:
Cómo eliminarlas del organismo – Christopher
Vasey
*Estudio de
Marta Guillén Vega – ¡Cuidado con la leche!
¿Qué es el calcio?:
El calcio (del
latín calx, calis,
cal) fue descubierto
a principios del siglo XIX. El calcio es un elemento químico, de
símbolo Ca y de número atómico 20.
Es un elemento simple de color blanco, que se altera fácilmente con el aire
húmedo y el agua. Cuando se combina con el oxigeno forma
cal.
El porcentaje
de calcio en los organismos es variable y depende de las especies, pero por
término medio representa el 2,45% en el conjunto de los seres vivos; en los
vegetales, sólo representa el 0,007%.
Es el mineral
más abundante en el ser humano. Aproximadamente el 99% del calcio del organismo
se concentra en los huesos y en los dientes. Con el fosfato forma cristales de
hidroxiapatita que proporcionan el componente estructural del
esqueleto.
Es decir, el
calcio se presenta en los huesos bajo la forma de hidroxiapatita, una estructura
cristalina que consiste de fosfato de calcio que se arregla alrededor de una
matriz orgánica de proteína colagenosa para proporcionar fuerza y
rigidez.
Se almacena
principalmente en los extremos de los huesos largos y se moviliza para
satisfacer el aumento de las necesidades de crecimiento, del embarazo y de la
lactancia. En ausencia de esta reserva, el calcio debe sustraerse de la misma
reserva ósea; si la ingesta inadecuada de calcio se prolonga resulta en una
estructura ósea deficiente.
La masa ósea
alcanza su máximo (o “pico de masa ósea”) sobre los 30 a 35 años. Por ejemplo:
una persona que mida 1.70 cm tiene un 1.5 kg de calcio en su organismo. Con la
edad irá disminuyendo, produciéndose un desgaste y fragilidad de la estructura
ósea. Las mujeres con la llegada de la menopausia deberán prestar mayor atención
a sus niveles de calcio para evitar la descalcificación de sus
huesos.
El otro 1% se
encuentra en la sangre, tejidos blandos y otros líquidos. El calcio de los
huesos es una reserva, donde el organismo saca las cantidades necesarias cuando
existe una carencia alimenticia. El calcio plásmatico (en sangre) desempeña
funciones vitales, aunque no tan conocidas, como formar la estructura de los
huesos. Sin embargo, éstas sólo podrán ser desempeñadas cuando el calcio se
mantenga dentro de unos niveles, cuyos márgenes son
estrechos.
La absorción y la excreción:
El organismo
absorbe únicamente del 20% al 30% del calcio ingerido. Se absorbe principalmente
en el duodeno y también a lo largo del tracto
gastrointestinal.
Normalmente la
mayor parte del calcio que se ingiere se excreta en las heces y la orina en
cantidades iguales aproximadamente, y en un total de 100-150 gramos/día. La
excreción urinaria del calcio varía a través del ciclo vital y con la velocidad
del crecimiento esquelético. El calcio fecal se correlaciona con la ingesta. La
ingesta de cafeína y teofilina aumentan la excreción de
calcio.
Las pérdidas
cutáneas ocurren en la forma de sudor y exfoliación de la piel. La pérdida de
calcio en el sudor es de aproximadamente 15 mg/día. La actividad física
extenuante con sudoración aumentará las pérdidas, incluso en las personas con
bajas ingestas. La inmovilidad del cuerpo por reposo en cama por tiempo
prolongado también aumenta las pérdidas de calcio en respuesta a la falta de
tensión sobre los huesos.
Factores que intervienen en la
absorción:
Ø La vitamina
D activa: para ello se habrá de tomar el sol o se comerá pescados azules, y el
hígado y el estómago se mantendrán en buenas
condiciones.
Ø La acidez
del jugo gástrico (Ph ácido): el calcio necesita un medio suficientemente ácido
en el estómago que solubilice el calcio. Por ello, los complementos de calcio no
deben ser en forma de carbonatos que neutralizan la acidez del estómago; son
mejores los citratos.
§ La lactasa (una tasa adecuada de
lactasa forma un complejo azúcar-calcio, de forma que pueda ser trasportado a
través de la mucosa intestinal).
§ El ejercicio físico.
§
Las grasas
y proteína.
Factores que disminuyen la absorción:
- La hipovitaminosis de la vitamina D.
- Un medio alcalino: en el cual el calcio y el fósforo forman fosfato
de calcio insoluble y por lo tanto no absorbible.
- El ácido oxálico: el cual se combina con el calcio en el tubo
digestivo formando oxalato de calcio que es insoluble, y por tanto el calcio no
se absorbe. Se pueden llegar a formar cálculos.
- Falta de ejercicio: ya que éste estimula la formación de hueso
nuevo, ya que el ejercicio aumenta la capacidad para absorber el
calcio.
- Ingesta excesiva de grasa y mal absorción.
- El azúcar blanco (será tratado como punto
aparte).
- La fibra: la fibra que contienen los alimentos de forma natural
(frutas y frutos secos) es necesaria para atrapar el azúcar de índice glucémico
elevado y ser excretado sin alterar el sistema osteoarticular, nervioso e
inmunológico.
- Anti-ácidos, laxantes, penicilina, etc.
Funcionamiento del calcio:
La hormona
paratiroidea, parathormona y la calcitonina, conjuntamente con la vitamina D
contribuyen a mantener el equilibrio entre el calcio del hueso y el de la
sangre. Conservando el calcio en sangre en una concentración aproximada de 10
mg.
Cuando el
nivel de calcio en sangre desciende, la parathormona trasfiere calcio del hueso
a la sangre. Al mismo tiempo la paratiroides hace que el riñón reabsorba el
calcio que debería ser eliminado por la orina y estimula el aumento de la
absorción de calcio del intestino. Si el nivel en sangre está por encima de lo
normal, la calcitonina actúa bajándolo y el calcio es eliminado en la
orina.
Es decir,
nuestro cuerpo no puede almacenar el exceso de calcio. Así es que intenta
absorber tan poco calcio como le sea posible. La mayor parte se elimina por las
heces, pero cuando se ingiere demasiado no se puede disminuir suficientemente la
absorción, y pasa a la sangre más del necesario. Este calcio debe ser depositado
en el hueso para que los niveles en sangre no suban. Así es que los huesos son
el almacén TEMPORAL de calcio extra que entra en nuestro organismo,
hasta que puede ser excretado por lo orina o por las
heces.
Principales funciones:
§ Osificación
óptima: la función más conocida es formar el
“armazón” que nos sostiene y que protege nuestros órganos. En los niños es
fundamental que el hueso se calcifique y se haga más sólido para soportar el
peso a medida que crece. De ahí que durante este periodo el aporte de calcio y
fósforo sea suficiente. Por increíble que parezca, los huesos son flexibles. El
35% aproximadamente de su masa es de células y proteína (colágeno).
§ Corazón: ayuda a mantener la contracción del
músculo cardiaco y demás músculos. El sodio, el potasio y magnesio son
necesarios para relajar el músculo. Es decir, ayuda a regular el ritmo cardiaco.
§ Interviene en la coagulación de la
sangre: estimulando la liberación de
trombo-plastina que favorece la transformación de protombina en trombina.
§ Interviene en la transmisión del
impulso nervioso: inhibe la excitabilidad neuromuscular
y regulariza el tono del sistema nervioso neurovegetativo. Niveles bajos de
calcio provocan espasmos incontrolados (contracturas, calambres, etc.). Ayuda al
sistema nervioso y en cuadros de insomnio.
§ Ayuda en determinadas reacciones
enzimáticas: en la liberación de hormonas y
neurotrasmisores. El calcio también interviene en el transporte del hierro a
través de las membranas celulares.
Otras
funciones secundarias son: reducir los niveles de histamina, favorecer la
absorción de la vitamina B12, intervenir en el control del nivel de colesterol
en sangre, prevenir (junto a otros minerales) el depósito de metales pesados en
el organismo, etc.
La deficiencia en el organismo:
§ Deformidades
óseas:
La
osteoporosis es una alteración del metabolismo en
la que se forma menos hueso del que se destruye. La osteoporosis se mide con la
densidad de masa ósea. Como es natural, con la edad los huesos están sometidos a
un envejecimiento fisiológico, al igual que el resto del organismo. Se considera
normal una pérdida de un 10 ó 15% de hueso, y con osteoporosis pérdidas de más
de 30%, y que además suele ocurrir de forma prematura. El problema de la
osteoporosis es el riesgo de fracturas.
La
osteomalacia suele relacionarse con una
deficiencia de vitamina D y un desequilibrio coincidente en la captación de
calcio y fósforo. Se caracteriza por una incapacidad para mineralizar la matriz
ósea. Lo que resulta en una reducción del contenido mineral del hueso. La
deficiencia de calcio también puede conducir al raquitismo, una
enfermedad relacionada con la malformación de los huesos en niños, debido a una
mineralización deficiente de la matriz orgánica. Los huesos raquíticos no pueden
sostener el peso y tensión ordinaria, que resultan en un aspecto de piernas
arqueadas, rodillas confluentes, tórax en quilla y protuberancia frontal del
cráneo.
§ Tetania: niveles muy bajos de calcio en
sangre aumentan la irritabilidad de las fibras y los centros nerviosos, lo que
resulta en espasmos musculares conocidos como calambres, una condición llamada
tetania. Esto afecta especialmente a las embarazadas.
§ Otras
enfermedades: retrasos en el crecimiento y
problemas dentales. También puede afectar a la hipertensión arterial,
hipercolesterolemia, y al cáncer de colón y recto.
El exceso en el organismo:
Una ingesta
elevada de calcio y la presencia de un elevado nivel de vitamina D, puede
constituir una fuente potencial de hipercalcemia. Es
posible que esto favorezca la calcificación excesiva en huesos y tejidos
blandos.
Por lo tanto,
cuando al comer los niveles de calcio en sangre suben por encima de los niveles
tolerables, el calcio se deposita en los huesos, para que no estorbe en la
sangre. Y cuando los niveles han descendido en sangre, el calcio sale de los
huesos para ser eliminado por la orina, para que no estorbe en los huesos. Este
sobreesfuerzo no tendría mayor trascendencia si no fuera porque aquí radica un
aspecto clave de la osteoporosis.
Necesidades oficiales diarias por edad:
Grupo de
Edad
|
RDA
|
Lactantes 6
meses
|
400
mg
|
6 – 12
meses
|
600
mg
|
1 – 10
años
|
800-1200
mg
|
11 – 18
años
|
1200-1500
mg
|
25 – 30
años
|
1000 mg
(mujeres)
800 mg (varones) |
Mujeres
posmenopáusicas
|
1000-1500
mg
|
Las discrepancias sobre las necesidades de
calcio:
Las distintas
organizaciones de la salud no se ponen de acuerdo sobre las necesidades de
calcio. La prueba de esto es que en Estados Unidos la Academia Nacional de las
Ciencias recomienda 800mg al día, mientras que en el Reino Unido y Canadá la
recomendación diaria desciende a 500mg al día, y la Organización Mundial de la
Salud (OMS) recomienda entre 400 y 500mg diarios.
Por países
diremos que los americanos toman por término medio 807mg de calcio al día
(principalmente a través de la ingesta de lácteos); los hispanos toman 308mg al
día; los brasileños 250mg por día; los taiwaneses 13mg por día; y los habitantes
de Ghana tan solo 8mg por día.
De todos
ellos, son los americanos los que más pérdidas dentales tienen y mayor número de
inmovilizaciones sufren por la repetición de fracturas. Por el contrario, estos
problemas son prácticamente desconocidos por la población de
Ghana.
La OMS
concluye que no hay evidencias convincentes de que una ingesta de calcio diaria
inferior a 300mg sea perjudicial a la salud.
En la actual
dieta de los países occidentales ingerimos mucho más calcio del que necesita
nuestro organismo. Cubrimos las necesidades diarias con 300 mg pero tomamos
entre 600 mg y 1200 mg. Sin embargo, se sabe que demasiado calcio o demasiado
poco pueden conducir a alteraciones de la salud.
Con respecto a
la leche de vaca, y a esa extendida creencia de que es imprescindible para
mantener unos niveles de calcio aceptables, resulta que la leche humana tiene
menos calcio que la leche de vaca.
Una de las
razones parece estar en el contenido en fósforo mayor en la leche de vaca que en
la leche materna. El fósforo en exceso puede combinarse con el calcio en el
tracto digestivo impidiendo la absorción del
calcio.
La Real
Academia Americana de Pediatría reconoce que el consumo diario recomendado para
adolescentes (3 o más vasos al día para niños y 4 o más vasos para los
adolescentes) en los estamentos oficiales y populares, está por encima de los
requerimientos necesarios para el normal crecimiento de su
esqueleto
Es complicado
establecer las necesidades reales de calcio, dado que la cantidad de calcio en
la dieta es sólo uno de los factores que determinan cuánto calcio entra en el
cuerpo.
Un organismo
sano es capaz de adaptarse a las variaciones de calcio sin sufrir alteraciones
en sus huesos. Sin embargo, si el aporte es bajo en relación a las necesidades
del organismo, la absorción intestinal aumenta y la excreción renal disminuye.
Esto sucede en el crecimiento, el embarazo y la
lactancia.
La absorción
del calcio es un proceso complicado y no siempre eficaz. El calcio tiende a
combinarse con varios elementos en el intestino, formando fosfatos insolubles,
carbonatos, oxalatos y jabones. La sociedad occidental se fuerza en suministrar
calcio extra a nuestro organismo con la creencia de que esto es fundamental,
pero se desconoce su verdadero metabolismo.
Es por tanto
fundamental discernir que factores favorecen la absorción de calcio y que
factores dificultan su absorción para comprender su metabolismo en el
organismo.
El equilibrio del calcio con respecto a otros
minerales:
El suministrar
suplementos de calcio, al igual que los suplementos de otros minerales, no es
fácil. El exceso de unos puede perjudicar, o en algunos casos favorecer a otros.
Cada mineral ejerce unas funciones específicas, y como sucede con las vitaminas,
la carencia grave de uno de ellos puede causar problemas de
salud.
Existen
competencia entre la absorción intestinal y la excreción renal de tres
minerales: potasio, magnesio y calcio. Así por ejemplo, referente al calcio se
puede afirmar que:
· Altas
concentraciones de magnesio en complementos dietéticos impiden la absorción
intestinal de potasio y calcio.
· Los
complementos de calcio inhiben la absorción intestinal de magnesio y de
hierro.
· El exceso de
calcio añadido a una dieta pobre en sal aumenta la excreción urinaria de
sodio.
· El exceso de
sodio aumenta las cantidades de calcio y potasio excretados por la
orina.
En el caso del
calcio, la deficiencia puede deberse a una falta de aporte pero también a una
mala absorción intestinal, a una utilización de éste para neutralizar ácidos o a
una eliminación renal excesiva.
El calcio y los azúcares refinados:
Los alimentos
refinados, especialmente los azúcares, no aportan minerales. Por el contrario,
estos alimentos “roban” el calcio a los huesos para poder ser neutralizados.
Cuando ingerimos azúcares refinados, tomamos “calorías
vacías”.
Es decir, el
organismo tiene que extraer los nutrientes perdidos por el refinado, de otros
alimentos o de los propios tejidos, creando así un déficit de vitaminas
(especialmente del Grupo B), de minerales (principalmente de calcio y magnesio)
y de oligoelementos.
El azúcar al
metabolizarse produce residuos ácidos y para neutralizarlos “roba” el calcio de
los huesos. Los huesos se van debilitando y con el paso de los años tras una
dieta deficitaria en calcio y en magnesio puede convertirse en
osteoporosis.
Además cuando
se consume una cantidad importante de azúcar, se produce un aumento de la
excreción renal del calcio. Además de favorecer el nivel de triglicéridos y la
obesidad.
El déficit de
calcio parece que se corrige suministrando mejor magnesio que calcio. El
magnesio favorece la absorción de la vitamina D, imprescindible para que el
calcio atraviese la pared intestinal.
Por el
contrario, cuando una persona tiene deficiencia de calcio y magnesio, si es
tratada únicamente con un aumento de calcio verá como se dificulta aún más la
absorción del calcio por la ausencia de magnesio, que a su vez disminuirá la
absorción de la vitamina D, y todo ello desembocará en mala absorción de
calcio.
Las fuentes del calcio:
Los
lácteos no son la mejor fuente para la
obtención de calcio para nuestro organismo. Los lácteos son deficientes en
magnesio, tienen un elevado porcentaje de fósforo y alto contenido proteico. Por
todo ello, no son tan “ideales” como el marketing y la medicina alopática nos
han hecho creer.
Para que
nuestro organismo absorba el calcio ingerido necesita de otro mineral en una
cantidad comparable, el magnesio. Los lácteos apenas tienen magnesio, y sin éste
sólo se absorbe el 25% del calcio ingerido. El otro 75% es una problema para el
organismo, pues se puede utilizar para hacer calcificaciones en arterias, o
riñones, o articulaciones, etc.
La relación
calcio/fósforo es igualmente importante. En la leche materna hay doble cantidad
de calcio que de fósforo (relación 2:1), y esto favorece la absorción intestinal
y formación de hueso. En la leche de vaca, la relación es de 2:1.6, es decir,
más porcentaje de fósforo que dificulta la absorción del
calcio.
La leche
humana es muy suave y fácil de digerir, con proteínas humanas, con la grasa
idónea para nosotros, con los azúcares más apropiados para aportarnos energía,
con las enzimas suficientes para ser digerida, con las hormonas y composición
mineral necesarias para nuestro crecimiento. La leche que nos produce menos
problemas es la de cabra, que es la más parecida a la humana y se asimila mucho
más rápido.
La leche de
cada especie animal contiene un equilibrio de nutrientes específicos para el
desarrollo de esa especie.
Por lo tanto,
el exceso y tipo de proteínas que los lácteos suministran, son también causa de
osteoporosis. La leche animal no sólo descalcifica, sino también
desmineraliza.
Hay dos
factores que contribuyen a tal afirmación:
1- La acidez
transitoria provocada tras la ingesta de proteínas lácteas puede inducir al
organismo a recurrir a sales básicas (alcalinas) para neutralizar el Ph. Es
decir, recurre a minerales alcalinos como el calcio y el magnesio entre otros
para neutralizar la acidez.
2. La
asimilación del calcio es favorable cuando se ingiere en proporción 2:1 con
respecto al fósforo. Ya hemos visto que la leche no contiene esa proporción
ideal para la correcta absorción del calcio.
El calcio en
nuestra alimentación debería ser incorporado de la misma fuente que usan los
animales de hueso fuerte y gran estructura (vacas, elefantes, caballos, etc.).
Esta fuente son los vegetales de hojas verdes, ricas tanto en calcio
como en magnesio.
Las más
adecuadas son las que no contienen oxalatos (o bajo contenido), ya que estos
pueden formar con el calcio sales insolubles en los intestinos impidiendo su
absorción. Las mejores son el brécol, el perejil, los berros, las ortigas, los
repollos, los grelos, las berzas, etc. Es importante cocerlas poco y masticarlas
mucho para extraer al máximo sus nutrientes.
En la tabla de
abajo se recogen las mejores fuentes de calcio en comparación con los lácteos.
Todos ellos son ricos en magnesio (exceptuando los lácteos), y no contienen
grandes cantidades de oxalatos. Los que mejor estimulan la absorción del calcio
presentan un porcentaje pequeño de fósforo, es decir, las algas y las
verduras
* Fuente: “El
equilibrio a través de la alimentación” de Olga
Cuevas.
Por tanto,
otra gran fuente de calcio son las algas, las verduras del mar. Una
cucharada sopera de las algas iziki cocidas contiene más calcio que un vaso de
leche. Además carecen de oxalatos y tienen un bajo contenido en
fósforo.
El calcio, la menopausia y la
osteoporosis:
Durante la
menopausia, el organismo femenino reduce la producción de estrógenos. Los
estrógenos son los responsables de la mayor incidencia de osteoporosis en
mujeres a partir de la menopausia.
Los estrógenos
son hormonas multifuncionales y una de sus funciones secundarias es la de
proteger la masa ósea. No se conoce exactamente el mecanismo, pero se sabe que
disminuyen la actividad de absorción y de excreción de calcio del hueso,
protegiendo así del envejecimiento a los osteoblastos (células que se originan
en la médula ósea y contribuir a la producción de hueso
nuevo).
La naturaleza
ha dotado a la mujer de un esqueleto en las mejores condiciones mientras pueda
concebir. Los niveles de estrógenos fluctúan fuertemente a lo largo del mes.
Alrededor del momento de la menstruación está al mínimo, y en la menopausia
disminuyen permanentemente.
De este modo,
a lo largo de la vida la mujer ha tenido mayor desgaste óseo que el hombre. Los
andrógenos, hormona sexual más abundante en el hombre, también tiene capacidad
protectora, que aunque menor que la de los estrógenos, es de niveles estables.
Por eso el riesgo de osteoporosis es tres veces más alto en las
mujeres.
Insistimos en
preguntarnos: ¿Cuál es la manera de añadir más calcio a nuestro organismo?, en
vez de cuestionarnos: ¿Qué el lo que nos hace perder calcio o no
asimilarlo?.
La
osteoporosis es una de las llamadas “enfermedades de la civilización”, es un
problema de salud, no una consecuencia normal del envejecimiento, como se tiende
a creer. Es un trastorno metabólico en el que la masa ósea se reduce sin cambios
en la composición corporal, conduciendo a un riesgo incrementado para fracturas
con la más mínima tensión.
La
osteoporosis está más ligada a un exceso de proteínas que a bajas cantidades de
calcio. El ejemplo viviente son los esquimales, cuyas dietas son muy altas en
proteínas (25% de las calorías) y un alto contenido en calcio (2.500mg al
día).
El calcio se
pierde cuando el terreno (el medio interno) está cargado de tóxicos,
especialmente de aquellos que acidifican el
terreno.
La
alimentación “consciente” nos ayudará a no consumir más alimentos de los que
necesitamos, y así nuestro organismo no tendrá que desgastarse para eliminar
toxinas, y los emuntorios de eliminación de toxinas no se verán agotados o al
límite de sus posibilidades.
Si el terreno
ya está acidificado o contaminado será preciso drenarlo y limpiarlo. La práctica
y el uso de drenajes es fundamental para mantener o restablecer la salud. A
través del drenaje ayudamos a nuestro organismo a limpiarse, y por tanto en el
caso de enfermedad también a curarse.
Un drenaje
consiste en estimular trabajo de filtración de la sangre y la linfa, y en
estimular los emuntorios para facilitar la eliminación de desechos y
toxinas.
Las mujeres
han de prestar especial atención a la osteoporosis, pues cuando desaparece la
regla no sólo desaparece un estímulo para la formación de hueso, sino también
una vía natural de eliminación de toxinas.
Por todo lo
expuesto, ha llegado ya el momento de alimentarse de forma responsable. Sabemos
que cambiar de hábitos alimenticios es difícil y para ello se ha de estar
plenamente convencido.
Begoña
Álvarez
Mayo
2011
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