¿Y Raúl Salinas de Gortari,
cuando va a pagar con la cárcel por el genocidio de miles de niños que fueron
afectados por la leche contaminada importada de Irlanda cuando él era alto
funcionario de CONASUPO? Eso parece que se le olvida a la sociedad mexicana,
denunciado por Guillermo Zamora en una investigación que hizo libro en
Editorial Planeta en 1997 y que muy pocos libreros comercializaron, en este
libro se menciona que se importaron 40,000 toneladas de leche contaminada por
radioactividad por la explosión de la planta nuclear de Chernobyl en la
URSS en 1986, ahora Ucrania, esa leche
fue traída al país entre 1986 y 1987, y
consumida en las tiendas CONASUPO, ver este sitio de internet de Holanda,
http://www10.antenna.nl/wise/index.html?http://www10.antenna.nl/wise/349-50/conta.html,
, Brasil avisó anticipadamente a México, pero lo importante era hacer un
negociazo, esto dejó a Raúl y socios de la Conasupo, unas ganancias estimadas en
50 millones de dólares, la leche
irlandesa tenía una radioactividad de
2,730 Becquerals por kilogramo, en Suecia la radioactividad midió 3,585
bq/kg, lo que es una muy fuerte dosis
que genera inminentemente cáncer, este asunto fue denunciado en el Congreso por
Adolfo Aguilar Zinzer, donde formó parte de la comisión investigadora de
Conasupo y sus empresas filiales -que descubrió la maraña de complicidades en
la importación de leche por empresas ligadas con Raúl Salinas de Gortari-, así
como de las comisiones de Relaciones Exteriores, Asuntos Fronterizos, de Radio,
Televisión y Cinematografía y la especial de Comunicación Social de la
Presidencia, debido a su presión el Gobierno de México accedió a
regresar 3,000 toneladas. Posteriormente esas relaciones oscuras le permitieron
a su hermano Carlos, radicar en Dublín, la capital de Irlanda, entre ellas la
del magnate México-irlandés Rómulo O’ Farril y su relación con Tony
Ryan, dueño de la aerolínea RyanAir, cónsul honorario en México de la
Republica de Irlanda, y del político y Secretario de Estado John O'Donoghue ,
el Embajador de México en ese país era Agustín Gutiérrez Canet,
posteriormente asesor personal de Vicente Fox, por si hubiera alguna duda de
las relaciones directas entre ambos personajes, en donde obtuvo su doble
ciudadanía en cerca de 20 MDD, gracias a las negociaciones de Carlos Cabal
Peniche, dicen algunos que el prestanombre de Raúl Salinas y MMH, y las
relaciones con el jeque saudita Khalid Bin Mafhouz (cuñado de Osama Bin
Laden, -la hermana de Khalid se llama Sabina- y socio de Cabal en la empresa
Eastbrook de Citibank, Presidente del BCCI el mega banco de la CIA, apoyador
del grupo terrorista Hamas ), que ya en 1990 había obtenido su ciudadanía
irlandesa debido a sus conexiones con el ERI y el ciudadano irlandés de
ascendencia judía Brahim ¿por qué nunca investigamos porque Salinas se fue a
Irlanda?. ¿Porque Raúl y socios no toman el ejemplo de Irlanda que creó una
Organización humanitaria llamada Niños de Chernobyl
http://lawrencetown.com/chernobyl.htm
y así se dedica el resto de su vida a una actividad ética y moralmente aceptada
por la sociedad?
Datos de la Secretaría de Salud revelan que existen 18
mil niños mexicanos con algún tipo de cáncer, desde los cero a los 18 años de
edad, es decir, 10 mil casos nuevos de cáncer infantil, cada año.
“Sólo en el Distrito Federal hay 3
mil caso nuevos por año de niños con cáncer entre los cero y 18 años de edad”,
dice el doctor Romero Rodríguez, del Consejo Nacional para la Prevención y
tratamiento del Cáncer Infantil, de la Secretaría de Salud. ¿cuántos se le
deben a la leche contaminada de CONASUPO?.
La leche radioactiva de
la Conasupo
VI. Cómo Chernobyl llegó
a México. El caso de la leche contaminada.
En 1987 tres barcos
arribaron al puerto de Veracruz procedentes dela República de Irlanda. Los
navíos descargaron en México cerca de 45 mil toneladas de leche en polvo que el
gobierno mexicano, a través de la paraestatal y hoy desaparecida Conasupo,
compró a la compañía Irish Dairy Borrad. Ese cargamento de lácteo estaba
contaminado con elementos radioactivos liberados durante la explosión de
Chernobyl. Pese a ello, el producto se distribuyó y comercializó entre la
población mexicana.
En abril de 1986, el
accidente en la central nuclear de Chernobyl provocó que durante varias semanas
y meses una nube radioactiva afectara varios países europeos, entre ellos, la
República de Irlanda. Naciones europeas, como Alemania, prohibieron la
comercialización de lácteos y otros productos para el consumo humano, debido a
las altas concentraciones de elementos radioactivos que registraban. Incluso,
la Organización Mundial de la Salud advirtió sobre los riesgos de comercializar
alimentos contaminados.
La organización
ecologista española Alternativa Verda denunció que entre 1986 y 1987 comenzaron
a venderse en diversos países, entre ellos España, productos contaminados con
la radiactividad que provocó el accidente de Chernobyl. México fue una de las
naciones en donde se comercializó esos productos.
El caso de la leche
contaminada con elementos radioactivos se conoció gracias a que elementos de la
3ª. Zona Naval de Veracruz enfermaron de diarrea. En la búsqueda del foco de
infección, el vicealmirante Manuel Rodríguez Gordillo encontró que los marinos
habían consumido leche en polvo que había llegado de Irlanda y se encontraba en
la aduana marítima.
El periodista Guillermo
Zamora, quien realizó una serie de reportajes sobre el tema para la revista
Proceso, explica en su libro Caso Conasupo: la leche radioactiva (Planeta,
1997), que Rodríguez Gordillo destacaba dentro de la marina por sus
conocimientos en física, matemáticas y guerra submarina, así como por su
honestidad y conocimiento de la realidad mundial. Este marino había leído todo
lo relacionado sobre el accidente de Chernobyl y la contaminación de alimentos
que provocó la catástrofe nuclear.
Para despejar sus dudas,
el vicealmirante llevó unas muestras de la leche de Irlanda al físico Miguel
Ángel Valdovinos, jefe de laboratorio de la planta nucleoeléctrica de Laguna
Verde, quien analizó el lácteo y confirmó la contaminación: “Contiene altas
concentraciones de estroncio 90 y cesio 137, en una cantidad superior
en diez veces al mismo tolerable por el organismo humano, ambos elementos atómicos
son considerados como altamente cancerígenos. Debe prohibirse, sobre todo, a
los lactantes y a mujeres embarazadas”.
Las Madres Veracruzanas
contra Laguna Verde y el Grupo de los Cien denunciaron la existencia de la
leche contaminada, algo que el gobierno mexicano negó en un principio y,
después, minimizó. Por ejemplo, la Secretaría de Salud, bajo la dirección del
doctor Guillermo Soberón y del subsecretario Jaime Martuscelli, autorizó la
distribución y comercialización de la leche, argumentando que no tenía
“contaminación radioactiva y puede ser consumida por el serhumano”.
En ese entonces, el
director de Conasupo era José Ernesto Costemalle, mientras que Raúl Salinas de
Gortari era el director de Liconsa, organismo que comercializó la leche entre la
población y algunas empresas dedicadas a la elaboración de productos lácteos.
Después de la denuncia de
las Madres Veracruzanas y del Grupo de los Cien, el director de Conasupo, José
Ernesto Costemalle señalaba que “sólo 42 toneladas de leche en polvo —y no las
siete mil quehabía dicho el Grupo de los Cien— se hallaron contaminadas por
radioactividad”.
Días después, el
subsecretario de salud, Jaime Martuscelli, reconoció que Conasupo adquirió de
Irlanda “mil toneladas de leche contaminada por radioactividad con niveles muy
por encima de los permitidos”. Y aseguró que se regresarían al país de origen.
La investigación
periodística realizada por Guillermo Zamora mostró que las cifras del gobierno
eran falsas. En realidad se habían importado de Irlanda cerca de 45 mil
toneladas de leche, de las cuales, sólo se regresaron al país europeo 4 mil
toneladas. Nadie pudo explicar qué ocurrió con el resto.
Guillermo Zamora señala
atinadamente qué ocurrió con el caso de la leche contaminada: “Nunca hubo una
auditoría, ni demanda penal o administrativa por parte del gobierno. Nunca
actúo la Contraloría General de la Federación; así como tampoco se dio un
seguimiento de parte de las autoridades de la Secretaría de Salud. En
apariencia no había pasado nada, había concluido el asunto de la leche
contaminada.”
http://www.greenpeace.org/raw/content/mexico/press/reports/la-amenaza-nuclear.pdf
Línea de Investigación
No. 5
Importación de leche en polvo contaminada con radiactividad originaria de Irlanda.
Importación de leche en polvo contaminada con radiactividad originaria de Irlanda.
Objetivo: Determinar si se
importó leche con radiactividad de Irlanda.
Avances: Esta línea de
investigación, casi terminada, llegó a las siguientes resoluciones:
CONASUPO sí importó y
comercializó leche radiactiva en 1986.
Sí se realizaron pruebas
de dilución con apoyo de LICONSA.
Hubo ingesta de leche
contaminada y productos derivados.
Los directores de
CONASUPO omitieron la información acerca del tema, siendo que se trata de un
alimento básico y de gran consumo poblacional.
La paraestatal,
conociendo el accidente ocurrido en la planta nuclear de Chernobyl en la exURSS
en 1986, no tomó las medidas pertinentes para verificar y comercializar la
leche, así como para revisar el contrato con la empresa irlandesa.
http://www.cddhcu.gob.mx/cronica57/contenido/cont4/sesi%F2n12.htm
Gerardo Leyva
Hernández
Recordando a la
leche contaminada
El Sol de Zacatecas
16 de marzo de 2011
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Dicen que los pueblos que
olvidan su historia están condenados a repetirla. En estos días que la
humanidad observa temerosa la crisis nuclear que sufre Japón, en donde se han
producido liberaciones de materiales radioactivos y tenemos el riesgo de un desastre
mayor que pondría en riesgo la vida y la salud de miles de personas, conviene
recordar lo que sucedió con la leche contaminada que distribuyó
Conasupo-Liconsa en los años ochenta.
Hasta antes del temblor y tsunami que destruyó una parte de Japón, la más grave crisis nuclear de la historia era la de Chernobil. En 1986 esta planta nuclear sufrió una explosión de hidrógeno que tuvo consecuencias catastróficas para esa región, pero también para México.
En efecto, pocos meses después del desastre, el Director General de Liconsa, Raúl Salinas de Gortari, en acuerdo con el Director General de Conasupo, José Ernesto Costemalle, adquirieron y distribuyeron a la población mexicana 45 mil toneladas de leche contaminada proveniente de la región de Chernobil, a través de la empresa irlandesa Irish Dairy Borrad.
El cargamento llegó al puerto de Veracruz en 1987, lo que generó gravísimos problemas de salud, sobre todo de cáncer de tiroides y afectaciones a bebés y mujeres embarazadas. A pesar de que tanto la Secretaría de Salud como la propia Conasupo y Liconsa, negaron durante años estos actos de corrupción criminal, hoy están demostrados y documentados más allá de toda discusión.
Jamás se castigó a los responsables, ni siquiera se realizó una investigación seria e independiente. Simplemente se cerró el caso sin reparar alguna compensación a las víctimas.
Hoy que Japón vive esta emergencia, los mexicanos debemos ser de los más atentos para no permitir que la endémica corrupción de nuestra alta burocracia, realice otro de sus ya famosos actos de corrupción con consecuencias nefastas para la salud de la población.
A pesar de que han transcurrido 25 años de la tragedia de Chernobil, la corrupción en los altos niveles de gobierno de nuestro país, continúa intacta. Es indispensable que la sociedad se mantenga muy atenta en los próximos meses y años para no permitir que el ansia de riquezas de unos cuantos, afecte a los sectores más vulnerables de la sociedad, como lo son las mujeres y los niños.
La importación de leche contaminada fue uno de los sucesos de corrupción más bochornosos de nuestra historia y uno de los más irresponsables y descarados del mundo.
Raúl Salinas de Gortari se enriqueció de forma escandalosa gracias a este tipo de actos criminales. Fue encarcelado por situaciones que probablemente ni siquiera cometió, pero las muertes y enfermedades que provocó con la importación de leche contaminada, quedaron vergonzosamente impunes.
La leche contaminada de Chernobil fue denunciada gracias al valor y patriotismo del vicealmirante Manuel Rodríguez Gordillo, de la tercera Zona Naval de Veracruz, quien al darse cuenta de que sus soldados enfermaban después de consumir leche Conasupo, llevó las muestras al laboratorio de Laguna Verde, cuyos técnicos dictaminaron la contaminación.
También participaron en la investigación y denuncia de los hechos varios periodistas y medios de comunicación mexicanos. Lamentablemente nada de esto fue suficiente para lograr el castigo a los culpables.
Hoy los mecanismos de transparencia y acceso a la información otorgan a los ciudadanos y organizaciones herramientas que pueden permitir detectar y señalar a tiempo este tipo de actos.
Los mexicanos tenemos que recordar siempre que no por el hecho de que las tragedias nucleares ocurran a miles de kilómetros, estamos inmunes a sufrir las consecuencias.
Es importante no perder de vista que los mexicanos esperamos con gran solidaridad con el pueblo Nipón, que ningún proceso de contaminación suceda por los consecuentes daños y efectos colaterales que ello conlleva sin embargo, con las experiencias de lamentables hechos similares ocurridos en otros tiempos, estamos obligados a asumir una posición de defensa para que no se repitan hechos de abuso como los de la leche contaminada proveniente de Chernobil.
Comentarios: prensaleyva@gmail.com
* Diputado federal
Hasta antes del temblor y tsunami que destruyó una parte de Japón, la más grave crisis nuclear de la historia era la de Chernobil. En 1986 esta planta nuclear sufrió una explosión de hidrógeno que tuvo consecuencias catastróficas para esa región, pero también para México.
En efecto, pocos meses después del desastre, el Director General de Liconsa, Raúl Salinas de Gortari, en acuerdo con el Director General de Conasupo, José Ernesto Costemalle, adquirieron y distribuyeron a la población mexicana 45 mil toneladas de leche contaminada proveniente de la región de Chernobil, a través de la empresa irlandesa Irish Dairy Borrad.
El cargamento llegó al puerto de Veracruz en 1987, lo que generó gravísimos problemas de salud, sobre todo de cáncer de tiroides y afectaciones a bebés y mujeres embarazadas. A pesar de que tanto la Secretaría de Salud como la propia Conasupo y Liconsa, negaron durante años estos actos de corrupción criminal, hoy están demostrados y documentados más allá de toda discusión.
Jamás se castigó a los responsables, ni siquiera se realizó una investigación seria e independiente. Simplemente se cerró el caso sin reparar alguna compensación a las víctimas.
Hoy que Japón vive esta emergencia, los mexicanos debemos ser de los más atentos para no permitir que la endémica corrupción de nuestra alta burocracia, realice otro de sus ya famosos actos de corrupción con consecuencias nefastas para la salud de la población.
A pesar de que han transcurrido 25 años de la tragedia de Chernobil, la corrupción en los altos niveles de gobierno de nuestro país, continúa intacta. Es indispensable que la sociedad se mantenga muy atenta en los próximos meses y años para no permitir que el ansia de riquezas de unos cuantos, afecte a los sectores más vulnerables de la sociedad, como lo son las mujeres y los niños.
La importación de leche contaminada fue uno de los sucesos de corrupción más bochornosos de nuestra historia y uno de los más irresponsables y descarados del mundo.
Raúl Salinas de Gortari se enriqueció de forma escandalosa gracias a este tipo de actos criminales. Fue encarcelado por situaciones que probablemente ni siquiera cometió, pero las muertes y enfermedades que provocó con la importación de leche contaminada, quedaron vergonzosamente impunes.
La leche contaminada de Chernobil fue denunciada gracias al valor y patriotismo del vicealmirante Manuel Rodríguez Gordillo, de la tercera Zona Naval de Veracruz, quien al darse cuenta de que sus soldados enfermaban después de consumir leche Conasupo, llevó las muestras al laboratorio de Laguna Verde, cuyos técnicos dictaminaron la contaminación.
También participaron en la investigación y denuncia de los hechos varios periodistas y medios de comunicación mexicanos. Lamentablemente nada de esto fue suficiente para lograr el castigo a los culpables.
Hoy los mecanismos de transparencia y acceso a la información otorgan a los ciudadanos y organizaciones herramientas que pueden permitir detectar y señalar a tiempo este tipo de actos.
Los mexicanos tenemos que recordar siempre que no por el hecho de que las tragedias nucleares ocurran a miles de kilómetros, estamos inmunes a sufrir las consecuencias.
Es importante no perder de vista que los mexicanos esperamos con gran solidaridad con el pueblo Nipón, que ningún proceso de contaminación suceda por los consecuentes daños y efectos colaterales que ello conlleva sin embargo, con las experiencias de lamentables hechos similares ocurridos en otros tiempos, estamos obligados a asumir una posición de defensa para que no se repitan hechos de abuso como los de la leche contaminada proveniente de Chernobil.
Comentarios: prensaleyva@gmail.com
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